Años de inversión en TI han supuesto grandes avances en las capacidades de uso de información en las organizaciones. Sin embargo, se ha invertido en el soporte de la información, en las aplicaciones que la gestionan pero apenas en la organización de los datos y de los trabajadores que los manejan, cuando son los datos los que finalmente aportan el conocimiento que crea valor y negocio en las organizaciones.
La falta de organización de los datos y de las tareas de manipulación suponen ineficiencias con elevado coste; sin embargo la gestión eficiente no supone un coste elevado y ya en el corto plazo proporciona rentabilidad:
Hoy en día, muchos proyectos tecnológicos se inician o se reinician debido a múltiples circunstancias. Tecnología obsoleta, nuevos requerimientos que apoyen la nueva estrategia de la compañía, cambios organizativos, etc.
En el caso particular del Business Intelligence nos encontramos con organizaciones que o bien aún no disponen de un sistema tipo DataWarehouse o que, por el contrario, disponen de grandes definiciones de DataWarehouse, que han caído en desuso (pero de mantenimiento caro), informaciones con baja credibilidad y nuevos requerimientos de información para la toma de decisiones que se ejecutan con velocidad, pero sin una estrategia clara.
Cuando se aborda una revisión de reducción de costes, de las dedicaciones del personal de la empresa o antes de abordar un proyecto tecnológico, se debería revisar la estructura organizativa de los datos para asegurar la eficiencia y la calidad de la información con la que se mueve y dirige el negocio.
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